13.3.17

Pedro Reina Alcaide pronuncia un sentido y emotivo pregón de la Hermandad de la Humildad y Caridad


El pasado sábado, día 11 de marzo, a partir de las 21.00 de la noche, la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano celebró en su sede canónica, la Parroquia de El Santo, su IX pregón de hermandad, que en esta ocasión fue pronunciado por Pedro Reina Alcaide. Dicho acto fue presentado por Juan Herrezuelo Gómez, secretario de esta corporación, para posteriormente dar paso a Jordi Llamas Velasco, que fue el encargado de presentar al pregonero.


"Luis, con su humildad, ¡cuántas veces ha hecho emocionarme dentro de mi estación de penitencia! ¡Con qué delicadeza y pasión haces las cosas! Eres humilde en todos los sentidos. Gracias de corazón por la huella que dejas en todos los que te conocemos. Al cielo, lo que es del cielo", resaltó Pedro Reina en uno de los momentos de su pregón, dirigiéndose a Luis Narváez, capataz del paso de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia.

"Manu, más cosas bonitas no pueden salir por esa boca. ¡Qué pasión le pones! ¡Cómo haces sentir a esos 25 corazones! ¡Cómo le sacas las fuerzas desde donde no las hay a esos 25 valientes!", destacó el pregonero, dirigiéndose, en otro momento de su pregón, a Manuel Jesús Espejo Rivero, segundo capataz del paso del titular de esta hermandad.

"Martínez, eres uno de los dos contraguías del Señor: eres su escudero. Él sabe que lo mimas desde atrás porque haces las cosas finas. Ojalá seas el escudero del Señor por muchos años, porque desde tu templanza y silencio lo haces todo. Y, cómo no, Antonio Márquez, tú sabes lo que es sentir desde dentro que ahora eres el contraguía del Señor, el que guarda el costero izquierdo. Para que tenga siempre el rumbo correcto y vaya en esa nube de caoba y plata por todo el pueblo de Montilla", añadió.



"Gracias por el sentimiento que le ponéis. No sabéis lo que es transmitir con vuestras órdenes. Ojalá Dios os siga dando la mayor fuerza del mundo para seguir sacándome a relucir todos mis sentimientos y emociones. El Señor ha sabido muy bien encomendar este trabajo y estoy seguro y deseo que os siga bendiciendo con toda clase de bienes.

De bien y de salud, necesaria para que sigáis siendo ese grupo de amigos y hermanos que hacen caminar al Señor por las calles de nuestro pueblo. Porque lo que hacéis es transmitir una humildad y una caridad impresionante. Dáis fuerzas enormes cuando flaquean las de los demás. Muchas gracias y que Dios os bendiga siempre", destacó.

"Después de unos años de costalero, llega el momento de decir adiós por motivos de salud. Mi espalda dijo basta. No podía seguir después de cada ensayo. Era sufrir unos dolores inmensos. El médico me recomendó que lo dejara o con los años podía ir a peor. Para mí, dejar de formar parte de esta cuadrilla de costaleros de la Humildad, fue un palo muy grande.



Desprenderme de todos los sentimientos que el costal te da, no es fácil. Fue muy duro no poder seguir disfrutando cada Martes Santo debajo de esa nube de caoba y plata: poder ser sus pies. Pero yo estaba seguro de una cosa: que no te dejaría nunca de acompañar de la forma que fuera. Entre Nuestro Señor y su Bendita Madre tenemos un pacto eterno: solo le pido a Dios que me de las fuerzas necesarias para estar a vuestro lado siempre", exclamó.

"Después de dejar el costal, me disponí a vivir el Martes Santo desde otra posición: la de nazareno. Es vivir desde tu anonimato tu fe y amor al Señor. El hábito de nazareno te hace vivir todo mucho más íntimo y en silencio. Dentro de tí, arde la llama de la fe de amor al Señor. Para mí, el Martes Santo empieza con el nerviosismo durante el día. Ver salir al Señor y a su Madre: es algo muy bonito de presenciar", expresó.

Asimismo, en otro de los momentos de su pregón, recordó a Rafael Cerrillo Requena, consiliario de honor de esta hermandad, que "aunque yo no pude conocerlo, no quiero dejar pasar esta oportunidad para darle las gracias por dejar este bonito regalo a Montilla. Gracias por haber hecho realidad tu sueño: de fundar una hermandad en esta bendita Casa de Solano. Que cada Martes Santo, reparten Humildad y Caridad por todas las calles de nuestro pueblo de Montilla. Y gracias por dejar en cada uno de nosotros un sentimiento de sencillez franciscana. Porque esta nuestra hermandad solo sabe regar los corazones de buenos sentimientos y de fe.



Bendita la idea que se le ocurrió. Hacer un paso para que Nuestro Señor de la Humildad saliera a procesionar por Montilla y presentarlo aquel Jueves Santo del año 1995 al pueblo para que todo aquel que quisiera ser sus pies se apuntara en aquella lista. Muchas gracias, don Rafael, porque allí donde estés, estoy seguro que estarás disfrutando de la presencia de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y su Bendita Madre. Y seguro que te sentirás muy orgulloso de tu hermandad. También estoy seguro que estarás muy orgulloso de todas las personas que la componen y que hoy tengo el privilegio de tener aquí delante mío. Gracias, don Rafael, porque este legado será eterno para esta bendita parroquia y su pueblo", añadió.

Cómo no acordarme de Paco Tejedera, que descanse en paz, y de nuestro hermano mayor honorario Ricardo Carrasco. Que gracias a sus esfuerzos y trabajo hoy podemos disfrutar de este sencillo retablo que arropa a Nuestro Señor en esta bendita esquinita de El Santo. Como yo digo, siempre con la ayuda de todo el mundo, se pueden levantar montañas.

Y eso es lo que pasa aquí. Que hay personas de muy buen corazón y volcadas por y para su hermandad. Porque gracias a dos hermanos se ha conseguido tener la tranquilidad que tanto se deseaba. Tener un local donde poder guardar todos sus enseres y pertenencias. Y lo más valioso que tenemos: nuestros pasos.


Y es que no se puede tener un corazón más grande que el que late en nuestra hermandad, que palpita cada vez con más fuerza consiguiendo importantes proyectos como el palio de Nuestra Señora. Que poco a poco, y gracias a una nueva candelería, se está consiguiendo una verdadera obra de arte: está adquiriendo cada vez una belleza más enorme.

Y qué decirte. Que es una de las cosas que más orgulloso me siento. Que nuestra hermandad esté luchando para crecer más y más. Y a paso firme. Para que nuestra Bendita Madre lleve un trono como el que se merece. El más bonito y precioso que jamás se haya visto", comentó.

He citado antes, en mis palabras anteriores, que dos pilares fundamentales en mi vida son la Humildad y la Caridad. Me considero una persona sencilla. Quien me conoce sabe que no me gustan las injusticias y mucho menos ver sufrir a las personas. Para mí, la palabra Caridad es todo aquel que me necesita, sabe donde estoy y especialmente para mis niños", lo cual quedó patente, ya que casi a la conclusión del acto tomó la palabra su padre, lo que hizo emocionar al pregonero.

BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA
FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR ANTONIO TEJEDERA

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