PASIÓN POR MVNDA: Emotiva estación de penitencia del Santísimo Cristo del Perdón en la noche del Lunes Santo montillano

En la noche del pasado Lunes Santo, se iniciaba, a partir de las 21.00, desde la Iglesia de San Agustín, la estación de penitencia del Santísimo Cristo del Perdón, perteneciente a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, con el acompañamiento de la Agrupación Musical La Unión, regresando a su templo la cruz de guía con la llegada de la medianoche del Martes Santo.

Fueron varios los momentos emotivos los que se vivieron a lo largo de su estación de penitencia, como por ejemplo la llegada a la Capilla del Sagrado Descendimiento, donde el Santísimo Cristo del Perdón se reencontró con el Señor en su Sagrado Descendimiento y María Santísima de la Encarnación, siendo recibido a sus puertas por miembros de la junta de gobierno de esta corporación de la tarde-noche del Viernes Santo montillano.

De igual manera, a su llegada a la Parroquia de San Francisco Solano, se reencontró, igualmente, con Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Caridad en sus Tristezas, así como con San Francisco Solano y con Nuestra Madre y Señora de la Aurora, siendo recibido, del mismo modo, en el cancel de El Santo, por miembros de las juntas de gobierno tanto de la Franciscana Hermandad de la Humildad y Caridad como de los Excelsos Patronos de Montilla.

Tampoco hay que olvidar las sentidas saetas que se interpretaron a lo largo de su recorrido por las calles de Montilla, como por ejemplo las que se escucharon a la llegada de este hermoso crucificado a la calle Puerta de Aguilar o a su regreso, y casi en los últimos metros de su recorrido, a la calle Ancha.

La talla del Santísimo Cristo del Perdón, que procesionó por primera vez con la hermandad en 1992 y concebida escultóricamente para ser vista desde abajo, es obra del artista montillano Cristóbal de Guadix en 1703, llegando a permanecer cedida durante varios decenios del siglo XX en la Parroquia de San Sebastián, formando parte del vía crucis, en la madrugada del Viernes Santo, de la entonces recién creada Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia hasta que la cofradía contó con su nueva imagen titular.

Fue entonces cuando tras una concienzuda restauración acometida entre 1991 y 1992 por los montillanos Antonio Herrador y Rafael Castro se vino a colmar de sentimiento el vacío existente en el Lunes Santo montillano, debido, entre otros aspectos, a la maestría con que sus numerosas hermanas cargadoras, bajo las órdenes de la capataz, Mari Paz Márquez, portan a este crucificado, deleitando al público asistente congregado en torno a su paso.