Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Convento de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, reflexionan en el día de la solemnidad de Pentecostés.
¡Ven, Espíritu Santo!
Hoy, solemnidad de Pentecostés, culminación de un largo camino que hemos recorrido juntos. Hemos vivido con fervor y emoción la Cuaresma, el Triduo Pascual, la Pascua y la Ascensión del Señor. El Señor Jesús nos envía desde el Padre el don de su Espíritu.
El Espíritu Santo que los profetas anunciaron y Cristo nos prometió. El Espíritu Santo que dio a la Iglesia naciente su primer impulso y constantemente actúa en ella. El Espíritu Santo que nos da el convencimiento de la fe y nos congrega con la unidad; que alienta en la humanidad la firme esperanza de una tierra nueva.
Cantemos este himno al Espíritu Santo pidiéndole nos llene de sus dones y carismas.
A nuestros corazones la hora del Espíritu ha llegado,la hora de los dones y del apostolado:
lenguas del fuego y viento huracanado.
¡Oh, Espíritu desciende, orando está la Iglesia que te espera!
Visítanos y enciende, como la vez primera,
los corazones en la misma hoguera.
La fuerza y el consuelo, el río de la gracia y de la vida.
Derrama desde el cielo la tierra rejuvenecida,
renovará su faz reverdecida.
Gloria a Dios uno y trino, al Padre Creador al Hijo amado.
Y el Espíritu divino que nos ha regalado,
alabanza y honor le sea dada. Amén
SOR MARGARITA / MONASTERIO DE SANTA ANA
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