San Juan de Ávila, que tuvo el privilegio de ser amigo y consejero de seis ilustres santos -San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús, San Juan de Dios, San Francisco de Borja, San Pedro de Alcántara y Fray Luis de Granada-, lo ha vuelto a conseguir: ha vuelto a reconvertir almas en el último año de mandato del actual equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Montilla.
Y es que en los tres años precedentes del mencionado equipo de gobierno en el consistorio municipal no se ha potenciado, ni lo más mínimo, la figura portentosa de San Juan de Ávila, ni mucho menos el turismo religioso en nuestra localidad. De hecho, ni siquiera se ha dado la más mínima publicidad de estos dos aspectos, en este trienio, en las redes sociales del Ayuntamiento ni de Turismo de Montilla.
Ahora, y desde el pasado mes de mayo, parece que San Juan de Ávila y el turismo religioso sí les importa, al iniciarse los trámites para nombrar, al Doctor de la Iglesia Universal, Hijo Adoptivo de Montilla, cuando entramos en la recta final de su mandato, que desembocará en las elecciones municipales, que están previstas para el 26 de mayo de 2019.
O, igualmente, para poner en marcha, junto con la Diócesis de Córdoba, el proyecto 'Vitis Dei', un proyecto que reunirá lugares y referencias históricas de San Juan de Ávila en un recorrido cultural y turístico por Montilla, cuando ya existía la Ruta Avilista, que el actual equipo de gobierno no ha potenciado en absoluto.
Como dicen, rectificar es de sabios, aunque solo sea porque, curiosamente, las casualidades del destino han querido que el nombramiento de San Juan de Ávila como Hijo Adoptivo de Montilla se enmarcará dentro de la celebración, durante 2019, del 125º aniversario de su beatificación, la cual tuvo lugar el 4 de abril de 1894, y del 450º aniversario de su muerte, que acaeció en Montilla el 10 de mayo de 1569. Es decir, tan solo dos semanas antes, dicha efeméride, de la celebración de las próximas elecciones municipales.
BENJAMÍN PORTERO DUQUE
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