17.5.20

Reflexionamos en este VI Domingo de Pascua con las Madres Concepcionistas del Monasterio de Santa Ana


Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Monasterio de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, nos remiten un texto, con su correspondiente imagen, con motivo de este VI Domingo de Pascua, los cuales reproducimos a continuación.

No os dejaré huérfanos

Estas palabras del Evangelio son pronunciadas por Jesús en el contexto de su despedida. Él les anuncia que se va al Padre. Los discípulos están tristes porque los deja. Viven sentimientos de orfandad, de desamparo.


Jesús interpreta esos sentimientos y, a los que lo aman y se disponen a cumplir sus mandamientos, les promete tres dones: el Espíritu Santo, el amor del Padre y su presencia en sus vidas. No nos deja huérfanos, nos promete su retorno y el envío de otro paráclito: el Espíritu Santo. Es el Espíritu de la verdad que nos permite superar los errores.

La orfandad es vacío interior, es ausencia del signo sensible del afecto, es desamparo hoy, en este tiempo, nada fácil para cada uno de nosotros. El Espíritu que, en medio de la soledad, el miedo, la incertidumbre, nos recuerda las palabras de Jesús antes de su partida: "No tengan miedo, yo estaré siempre con ustedes".

Si algo debemos aprender de esta pandemia es que sólo cuando buscamos el bien de los demás, encontramos nuestro propio bien. La gran verdad del Evangelio es el mandamiento del amor. El bien engendra bien. Sólo el compromiso con el bien común nos permitirá vivir en una sociedad diferente. Solo amando con el amor de Jesús, la paz inundará nuestras vidas.

Podemos amar con el mismo amor de Jesús porque Él vive en nosotros y nosotros en Él. Que podamos experimentar la paz de movernos cada día desde una actitud de profunda confianza en la presencia de Dios y desde una búsqueda constante de ser fieles a su voluntad.

SOR MARGARITA / MONASTERIO DE SANTA ANA

No hay comentarios :