7.9.20

La Fiesta de la Vendimia de Montilla, una celebración declarada de Interés Turístico


La Fiesta de la Vendimia de Montilla es la celebración del mundo del vino más antigua de Andalucía y con más solera de nuestra comunidad autónoma y la tercera más antigua de España, estando declarada de Interés Turístico, cuya fecha de resolución de dicha distinción tuvo lugar, según la página de la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, el 23 de diciembre de 1974.


En el expediente relacionado con la declaración de Interés Turístico de la Fiesta, que se inició el 10 de febrero de 1972, se establecía que "el día 13 de noviembre de 1955, un grupo de obreros, empleados y patronos del gremio vitivinícola montillano se reunieron para fundar la Hermandad de Nuestra Señora de las Viñas, con el fin de agrupar a todos los que de alguna manera están vinculados a la principal riqueza del pueblo".

Y deciden fundarla a iniciativa del afamado escritor y bodeguero José Cobos Jiménez, ante la preocupación que existía en aquel entonces por lograr la unión del gremio vitivinícola, desarrollar una labor social entre todos ellos, promocionar los vinos de la tierra, cuando apenas nuestros vinos eran conocidos en España y mucho menos en el extranjero, y dar culto a una patrona, honrándola anualmente en las fechas próximas a la vendimia.

Su primer hermano mayor y su primer secretario fueron, respectivamente, Álvaro de Alvear Zambrano y Arturo Hidalgo Trillo, quienes junto a Adolfo Baena, Javier Carmona Ramos, José Castro, José Delgado Arias, Antonio Espejo, Juan Luque Urbano, Antonio Maya, Antonio Navarro, Nicolás Ponferrada, Francisco Ramírez, José Rasero..., se encargarían de componer la primera junta de gobierno de la hermandad, que estaría conformada también por un miembro de cada bodega, un viticultor, un corredor de vinos y un cosechero, como muestra inequívoca del gran interés con el que los bodegueros montillanos colaboraron con el desarrollo activo de la hermandad.


Meses después, concretamente el 26 de agosto de 1956, el sueño de casi un pueblo entero se ve hecho realidad, ya que la imagen de Nuestra Señora de las Viñas, encargada al imaginero Amadeo Ruiz Olmos, es bendecida y traída en devota romería a su parroquia, partiendo de El Parador de San Francisco Solano, ante la presencia de más de 12.000 personas, y actuando como padrinos de la ceremonia el entonces alcalde Rafael Ruz Requena y su esposa.

Culminaron, de manera magistral, los actos centrales de esta primera Fiesta de la Vendimia de Montilla, Manuel Luque Velasco, primer pregonero del evento, y José María Navarro Requena, primer Capataz de Honor. Un cargo, este último, que desde entonces, y mediante su nombramiento con la entrega de llaves de la bodega de la Casa del Inca Garcilaso de Montilla, se erige, durante un año, en la persona o institución que simbólicamente representa la función de dirigir y vigilar la elaboración del vino y en custodio y en defensor de los vinos de la zona.

El acto de la entrega de llaves al Capataz de Honor tiene lugar en el Castillo de Montilla, aunque anteriormente al año 2011 siempre se celebraba en la casa en la que residiera durante treinta años el Inca Garcilaso de la Vega, considerado uno de los más grandes cronistas de América y uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico.


Durante el transcurso del mismo, el capataz saliente debe dar lectura a un ripio ideado por el escritor montillano José Cobos, que solemniza el compromiso y realiza la entrega de llaves al capataz entrante, y que dice así:

"Flamante capataz que me relevas,
cofrade de fatigas y alegrías,
colega de trabajos y de días.
La llave del tesoro que te llevas,
celoso guardarás durante un año,
con dignidad, sin trampa y sin engaño.

Norma de tu gestión y tu destino
será en ‘non nobis’ del refrán latino,
que a lenguaje vulgar bien traducido,
en romance español ya convertido,
quiere decir que has de tener presente
que la bodega que te doy no es mía.

Nuestra común, vinaria sinfonía,
heredad de Montilla es solamente".


Destacadas personalidades provinciales y nacionales, como ministros, autoridades, escritores y periodistas de gran prestigio, entre otros, han acudido a Montilla a pregonar las cualidades de nuestros vinos, nuestra historia, nuestra geografía y nuestra cultura ante los montillanos y los medios de comunicación, en el marco, en los últimos años, de las Bodegas Pérez Barquero, aunque en esta edición ha sido la excepción, donde el protagonista es el vino que nace de nuestra tierra, siendo siempre, durante muchísimos años, designados Capataces de Honor distintos bodegueros.

Dichos festejos adquirieron gran prestigio en la década de los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo, contando con la asistencia de las más destacadas figuras internacionales, contribuyendo a dar a conocer el nombre de Montilla tanto en Europa como en el mundo entero.

La primera Fiesta de la Vendimia, tras ser declarada de Interés Turístico, tuvo lugar en septiembre de 1975, siendo alcalde de Montilla Rafael Córdoba García, contando ese año con la presencia, entre otras máximas autoridades nacionales y provinciales, con tres ministros del Gobierno de España: el montillano Rafael Cabello de Alba, vicepresidente segundo y ministro de Hacienda; León Herrera Esteban, ministro de Información y Turismo; y José Luis Serón Ayuso, ministro de Comercio y pregonero de ese año.


Sin embargo, para los montillanos el momento central de la fiesta era y es la procesión de Nuestra Señora de las Viñas, la cual concluye en la actualmente denominada Plaza de La Merced, donde un grupo de trabajadores, siguiendo la tradición, pisan con sus pies las uvas para obtener el primer mosto, que es ofrecido por la Vendimiadora Mayor a la Madre de Dios, a la que se le pide con una emotiva oración protección y prosperidad para todos los montillanos en un enclave abarrotado de público, convirtiéndose así en el acontecimiento más multitudinario de cuantos se celebran en la Fiesta de la Vendimia de Montilla. Curiosamente, acto seguido, tenía lugar, en sus primeros años, el acto de Coronación de la Vendimiadora Mayor, acompañada de las Vendimiadoras de Honor, y el pregón, encaminados, todos estos actos, a dar renombre a los festejos, actos que habitualmente tienen lugar en la actualidad en la noche del viernes anterior.

Desde sus orígenes, la organización de la Fiesta de la Vendimia montillana corre a cargo de la Hermandad de Nuestra Señora de las Viñas, Patrona del Noble Gremio de la Vid y del Vino, y donde se encuentra el origen de esta destacada celebración, y del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Montilla-Moriles, a los que posteriormente se uniría un patronato creado en Córdoba e integrado por diferentes autoridades provinciales. Más tarde, y en detrimento en los últimos años de este último organismo, se uniría el Ayuntamiento de Montilla.

BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA

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