12.4.22

El Obispo preside la solemne Misa Crismal en la Santa Iglesia Catedral

“Tenemos que ser bálsamo de la alegría que viene de Dios”

El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha presidido la solemne Misa Crismal en la Santa Iglesia Catedral y la bendición de los Santos Óleos y del Santo Crisma. Los presbíteros de la Diócesis han renovado sus promesas sacerdotales.
 
Como cada Martes Santo, el Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha presidido la solemne Misa Crismal en la Santa Iglesia Catedral junto a los presbíteros para la renovación de las promesas sacerdotales.


Durante la celebración, una de las más importantes de la Semana Santa, el prelado ha consagrado el santo crisma y ha bendecido los santos óleos que serán administrados durante el año en los principales sacramentos: Bautismo, Confirmación y Unción de Enfermos.

El pastor de la Diócesis comenzó la homilía recordando que el Santo Crisma es “vehículo del Espíritu Santo y transmisor de la alegría que viene de Dios y llega a nuestro corazón por la unción”. El Obispo ha continuado asegurando que “celebramos la Misa Crismal para que el corazón se nos llene de alegría”.


En el contexto de esta celebración aparece “la sinodalidad de la Iglesia donde todos tenemos la gran dignidad de ser hijos de Dios”, ha resaltado monseñor Demetrio Fernández, que ha recordado el Gran Encuentro Sinodal celebrado recientemente en nuestra Diócesis.

Asimismo, el prelado ha tenido palabras para los presbíteros que hoy renuevan las promesas sacerdotales, les ha invitado a celebrar con gratitud los dones recibidos “a los que queremos corresponder con nuestra vida entera tal como lo hicimos el día de nuestra ordenación”.


El Obispo ha reconocido que es “una alegría contar con tantos sacerdotes en nuestra Diócesis” y hay que pedirle al Señor “estar a la altura del don recibido”. El ministerio sacerdotal está presente “en nuestra Diócesis de manera abundante y hemos de dar gracias a Dios por lo que tenemos”, para lo que ha pedido la oración de los fieles cristianos de Córdoba.

Monseñor Demetrio Fernández ha terminado su alocución incidiendo que en “nuestra sociedad tenemos que ser bálsamo de la alegría que viene de Dios y se convierte en caridad”. La Iglesia, más que nunca, tiene la tarea profética de anunciar un mundo nuevo, un nuevo cielo, ha dicho: “Id a anunciar el Evangelio”.


El Obispo se ha dirigido a los sacerdotes indicando que “la Iglesia es una realidad viva y podemos percibirlo en la relación de unos con otros”. Les ha pedido “no os canséis y si os cansáis descansad en el corazón de Cristo”.

Monseñor Demetrio Fernández ha apuntado que Jesucristo “no nos ha llamado a una tarea fácil, pero nos ha dicho: Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo” y ha pedido que tomen el ministerio “como una colaboración con Jesucristo para que el mundo crea”. Y a los fieles laicos y consagrados “que abran las manos para que Jesucristo os unja el corazón con su Espíritu Santo”.

NOTA DE PRENSA Y FOTOS REMITIDAS POR LA DIÓCESIS DE CÓRDOBA

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