1.5.22

Sevilla despide a su cardenal

Según ha explicado la Junta de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de la ciudad de Guadalajara, que da su pésame, lamentando profundamente su fallecimiento, el cardenal Carlos Amigo Vallejo se caracterizó por una unión muy estrecha con la ciudad de Guadalajara, debido a sus vínculos familiares. En el año 2016 inauguró y bendijo la estatua en honor de la Semana Santa de Guadalajara, situada en la plaza de Santa María y pregonó la Semana Mayor.
 
La Iglesia en Sevilla despidió el pasado sábado, con lágrimas y oraciones, a su cardenal arzobispo emérito, Carlos Amigo Vallejo, quien pastoreó el rebaño del Señor a lo largo de 27 años. La Misa exequial tuvo lugar en el Altar del Jubileo de la Catedral hispalense, cargada de un profundo simbolismo y de esperanza cristiana.


A las 10.30 de la mañana, los restos mortales de don Carlos fueron trasladados a la Seo a hombros de los seminaristas, acólitos, diáconos y sacerdotes concelebrantes, en un emotivo recorrido por la plaza Virgen de los Reyes, calle Cardenal Amigo, Alemanes y avenida de la Constitución, hasta entrar en la Catedral por la Puerta de la Asunción, reservada a acontecimientos muy solemnes de la Archidiócesis.

Llegados al altar, el féretro se colocó en el centro del presbiterio, de espaldas al altar y de cara al pueblo. Junto al cirio pascual encendido, rodeado de cuatro candelabros. Después de la monición, el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, hizo una oración junto al cirio pascual encendido y colocó la casulla y la mitra sobre el féretro, a un lado, el báculo y el evangeliario, “para que, como consagró su vida a anunciar el Evangelio de Cristo, goce ahora contemplando, cara a cara, aquella misma verdad que, ya cuando vivía en la luz limitada de este mundo, vislumbró en la palabra de Dios y predicó a sus hermanos”.

Entrega sin límites

La eucaristía, presidida por monseñor Saiz, fue concelebrada por monseñor Juan José Asenjo, arzobispo emérito, el nuncio apostólico, monseñor Bernardo Aúza, cardenales y obispos de España, entre los que se encontraba el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, junto una amplia representación de sacerdotes del clero diocesano.


Durante su homilía, monseñor Saiz, “con esperanza y agradecimiento”, dirigió al pueblo de Dios una alocución en la que mencionó algunos de los dones y carismas del cardenal Carlos Amigo, que, puestos a disposición de la Iglesia en Sevilla, enriquecieron la vida de miles de feligreses a lo largo de casi tres décadas.

“Don Carlos lo ha vivido así: con fidelidad. Ha servido a la Archidiócesis de Sevilla durante casi 28 años. Desde la unión con Cristo, siguiendo el ejemplo de su Maestro, “pasó haciendo el bien con su palabra, con sus gestos, con su vida entera”.

Monseñor Saiz destacó la preparación, capacidad de trabajo y entrega sin límites del cardenal Amigo, fallecido el miércoles 27 de abril, en Guadalajara, por una insuficiencia cardiaca. “Era un hombre espiritual y a la vez muy cercano, muy humano, muy misericordioso. Sabía escuchar, sabía esperar, sabía acompañar a las personas, a los grupos y a las instituciones”. A la ceremonia de exequias asistieron alrededor de 1.600 personas. Hace 35 años que la Catedral de Sevilla no acogía el funeral de un arzobispo emérito.


Don José Ángel Saiz describió a Fray Amigo como un “fiel hijo de San Francisco de Asís, alegre, sencillo, entrañable. Un hombre que buscaba la unidad, la concordia, que tendía puentes, que fomentaba el diálogo interreligioso, ecuménico, intraeclesial”.

El arzobispo dijo que en los últimos tiempos el cardenal Amigo había ido insistiendo de modo significativo en lo más esencial, repitiendo que todo lo debemos hacer para gloria de Dios, que debemos trabajar por Cristo Nuestro Señor. “En los últimos tiempos repetía que Dios siempre llega puntual”.

Paz y serenidad ante el dolor

Manifestó también, don José Ángel Saiz, que el pasado miércoles compartió en Guadalajara un largo rato con el cardenal, donde pudieron “charlar sin prisas y rezar juntos”. Además, hablaron de “Nuestro Señor y del encuentro definitivo con Él, también de María y de San Francisco de Asís. Él escuchaba atentamente y asentía. Al cabo de unos momentos nos dejó, con gran paz y serenidad”.

El hermano Pablo

Particularmente emotiva fue la intervención del hermano Pablo Noguera, secretario fiel del cardenal durante varias décadas, que expuso el carisma de don Carlos, su cariño a Sevilla, su dedicación por entero al pueblo que se le encomendó, su disponibilidad y, por encima de todo, la alegría que siempre quiso contagiar allá donde fue.


Una intervención que fue coronada por una larga ovación de la asamblea que, de esta manera, rendía su último homenaje al cardenal de Sevilla. Posteriormente se entonó el 'cántico del Hermano Sol'. El nuncio apostólico dio lectura al telegrama enviado por el Papa Francisco al arzobispo de Sevilla, y el secretario general de la Archidiócesis, Isacio Siguero, hizo lo propio con el remitido por los Reyes de España.

Hermano Pablo: “Loado seas mi Señor, por el cardenal Amigo: Pastor, padre y hermano”

Pablo Noguera Aledo, natural de Murcia, fue el secretario personal del cardenal Carlos Amigo Vallejo por más de tres décadas. Pertenece a la congregación de los franciscanos de la Cruz Blanca, congregación dotada de especial carisma para la atención a enfermos, impedidos y dependientes.


Su vida es un modelo de servicio a la Iglesia por medio de la asistencia personal al cardenal Amigo, a quien atendió desde muy joven. Al término de la comunión, en la Misa exequial del cardenal Amigo Vallejo, celebrada en la Catedral hispalense, la mañana del pasado sábado, el hermano Pablo, visiblemente emocionado, tras largas jornadas junto al féretro de Fray Amigo, recibiendo el pésame de cientos y cientos de personas, dirigió un mensaje “muy franciscano”, como no podía ser de otra manera, lleno de esperanza en el Resucitado. A continuación, reproducimos sus palabras íntegramente:

"La eucaristía, para un cristiano, es el bien supremo. De ella vivimos, y de ella salimos para comunicar a nuestros hermanos que Cristo vive. Estoy seguro, no porque tenga autoridad alguna, pero, que el haber estado tanto tiempo a su lado, que este hubiera sido su mensaje.


Vivamos alegres. Tristes porque somos humanos, y la separación de seres tan queridos, nos nubla el corazón. Pero sabemos muy bien que nuestra esperanza no defrauda. No es como decía tantas veces: sentarse en el camino y aguardar a que acontezcan tantas cosas, si no es vivir en la certeza que Cristo nunca falla. Últimamente él solía decir siempre: Por Cristo nuestro Señor.

Vivió para Cristo, vivió para su Iglesia, se deshizo, pero con alegría, alegría franciscana, de esa alegría que nace de las llagas del mismo Cristo. Llagas que nos curaron de todas nuestras debilidades y de nuestras amarguras.


Loado seas mi Señor, por el cardenal Amigo: pastor, padre y hermano. Nos quiso y le quisimos. Nos respetó y le respetamos. Nos predicó y le escuchamos, nos escuchó y le dijimos nuestras cuitas. Nos alentó y le ayudamos, nos ayudó y le colaboramos. Nos dio el Evangelio y lo vivimos con él. Seguimos tristes, pero seguimos encendiendo la fe de Cristo resucitado.

Ahora, Medina de Rioseco, su pueblo, al que tanto quería, su pueblo Santiago de Compostela, donde nació a la vida franciscana. Zamora, su primer destino. Roma, donde amplió sus estudios. Tánger, donde inició su ministerio episcopal.


Sevilla, Sevilla, Sevilla, de Sevilla no puedo decir nada, porque de Sevilla, el concierto de esta mañana lo están dando todos ustedes. Desde vuestro corazón abierto nace la gratitud que a toda vista palpable. Andalucía, España, la Iglesia pueden llorar y rezar, aplaudir y recordar al cardenal Amigo, que se hizo todo a todos para ganarlos para Cristo, nuestra Pascua, el Señor eterno. La hermana muerte le lleva al umbral a ese cielo de los bienaventurados y María, la pura y limpia, le abre el postigo del Reino.

Bendícenos, señor cardenal, bendícenos padre Amigo, síguenos bendiciendo indicando el camino que señala el ángel pascual: “No está aquí, ha resucitado”, porque: Cristo ha resucitado ¡Aleluya! Alégrate Virgen de los Reyes, porque en tu Hijo Jesús, Fray Carlos vive en Dios y nos bendice con la gracia y la paz.


Desde el cielo solo tendría una palabra para todos ustedes y en la persona del señor arzobispo de Sevilla, don José Ángel, quisiera que se sintieran todos representados, desde el más alto al más pequeño, la única palabra que saldría de su corazón es: Paz y Bien, hermanos.

Pro Ecclesia et Pontifice

El hermano Pablo recibió en 2007 en un acto privado la medalla Pro Ecclesia et Pontifice concedida por el Papa emérito Benedicto XVI. En su intervención, al recibir tal distinción, recordó el momento en el que el general superior de su congregación le comunicó que debía ir a servir a don Carlos Amigo como su secretario particular.

Pésame de los Reyes de España por el fallecimiento del cardenal Carlos Amigo

Sus Majestades los Reyes Felipe VI y doña Letizia han enviado sus condolencias al cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española y a monseñor José Ángel Saiz, arzobispo de Sevilla, con motivo del fallecimiento del cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito.


“Hemos conocido, con tristeza, la noticia del fallecimiento de monseñor Carlos Amigo Vallejo y queremos hacerle llegar nuestro más sincero pésame por su pérdida, junto con nuestro reconocimiento por la labor que desarrolló durante tantos años en el Arzobispado de Sevilla. Con nuestro cariño y nuestro mejor recuerdo”, reza la misiva.

Así, el cardenal Amigo deja huérfanas a varias generaciones de sevillanos que han reconocido a este franciscano de Medina de Rioseco como pastor y referente en la fe. Se ha ido a la Casa del Padre su arzobispo, el arzobispo de sus padres, el prelado que gobernó con criterio y habilidad una Diócesis de casi dos millones de habitantes abierta a los mismos aires de cambio que moldearon una nueva sociedad.


El ritual de exequias finalizó con la inhumación de los restos del cardenal Amigo en la Capilla de San Pablo de la Catedral, que se encuentra entre la Capilla Real y la Puerta de Campanillas, dedicada a San Pablo.

Autoridades

Numerosas autoridades participaron en la misa exequial, con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a la cabeza. Junto a él, entre otros, el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz; el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos; la consejera de Cultura de la Junta, Patricia del Pozo; el teniente general de la Fuerza Terrestre, José Rodríguez; el senador José Luis Sanz; o la diputada Reyes Romero, tal y como informa la Archidiócesis de Sevilla.



REDACCIÓN / PASIÓN POR MVNDA
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