4.4.23

El Obispo de Córdoba preside la Misa de consagración del Santo Crisma y de los santos óleos

“Sin sacerdotes no hay Iglesia, no hay Eucaristía”
 
CELEBRADA LA MISA CRISMAL EN LA CATEDRAL DE CÓRDOBA. El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha presidido la Misa de consagración del Santo Crisma y de los santos óleos. El Arzobispo de Burgos, monseñor Mario Iceta, ha concelebrado la eucaristía junto al Obispo electo de Alcalá de Henares, monseñor Antonio Prieto Lucena.


En la celebración de cada Martes Santo, los presbíteros renuevan sus promesas sacerdotales y se bendicen los santos óleos con los que se administran los sacramentos todo el año.

El Obispo de Córdoba ha presidido la Misa Crismal que celebra junto a su presbiterio, en la que ha consagrado el Santo Crisma y ha bendecido los óleos, una manifestación de comunión de los presbíteros con el Obispo y entre ellos, subrayada por monseñor Demetrio Fernández en su homilía, en la que ha animado a los sacerdotes a “construir la comunión eclesial en el mismo presbiterio y en las parroquias, para ser un mismo cuerpo”.


El Obispo de Córdoba se ha dirigido a los más de doscientos sacerdotes de la Diócesis cordobesa, asegurando que “si queremos que haya más participación de los laicos y vocaciones a la vida consagrada, necesitamos sacerdotes al frente de comunidades que alienten la vida cristiana”. Lo ha expresado en el contexto de la escasez de sacerdotes que existe en “nuestras latitudes”, una cuestión que “de interés general y público para toda la Iglesia”. En este sentido, ha señalado algunas de las causas de este descenso, para asegurar que “la razón profunda de la falta de vocaciones es la falta de fe”.

Monseñor Demetrio Fernández ha resaltado la necesidad de sacerdotes ordenados por el sacramento del orden, porque “sin sacerdotes no hay Iglesia, no hay Eucaristía”. La Iglesia está escasa de sacerdotes, ha dicho, y “solo surgirán las vocaciones en clima de fe”.


Durante esta celebración, emitida por Trece TV desde la Catedral de Córdoba, los sacerdotes han hecho la renovación de las promesas sacerdotales, un acto que representa cada año la consagración a Dios en plenitud y totalidad y supone “cuidar el corazón para estar disponibles siempre”. El Obispo ha encomendado a los sacerdotes diocesanos de Córdoba no abandonar la tarea de la oración, porque un sacerdote “tiene que entrar en el corazón de Cristo, compartir los sentimientos que en estos días se nos ponen de manifiesto, esos sentimientos de amor hasta el extremo, de amor hasta la cruz, llenos de sufrimiento si es preciso”.

Sacerdotes llamados al episcopado: un reto y una alegría

El Obispo ha hecho mención al reciente nombramiento del Vicario General de la Diócesis, Antonio Prieto Lucena, como Obispo de la Diócesis de Alcalá de Henares por el Papa Francisco y ha señalado cómo del presbiterio diocesano han partido los actuales Obispos de Burgos, Huelva y Guadix, "un presbiterio que ofrece a la Iglesia Universal sacerdotes llamados al episcopado, una alegría y también un reto que nos llama a mayor santidad y fidelidad a la Iglesia".

Misa Crismal

Con el Santo Crisma se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados y las manos de los presbíteros, la cabeza de los Obispos y la Iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, estos se preparan y disponen al bautismo y con el óleo de los enfermos reciben el alivio en su debilidad.

NOTA DE PRENSA Y FOTOS REMITIDAS POR LA DIÓCESIS

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