23.7.24

El Monasterio de Santa Ana celebrará del 24 al 26 de julio el solemne triduo en honor a su sagrada titular

Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Monasterio de Santa Ana de Montilla celebrarán del 24 al 26 de julio el solemne triduo en honor a la sagrada titular del citado convento e iglesia, concluyendo el último día mencionado mediante la celebración de su solemnidad.




De este modo, celebrarán la solemnidad de Santa Ana, abuela de Jesucristo, el 26 de julio, al igual que en los dos días anteriores del solemne triduo, con la exposición del Santísimo, el rezo del Santo Rosario y el ejercicio del triduo, a partir de las 7.00 de la mañana, teniendo lugar la Santa Misa a partir de las 8.30.

La Iglesia Conventual de Santa Ana

El origen de la fundación de concepcionistas franciscanas a la que pertenece la Iglesia Conventual de Santa Ana de Montilla se remonta a 1580, aunque la comunidad no se constituyó hasta 1594 con monjas procedentes de Los Pedroches y unas beatas del Hospicio de San Antón de Aguilar. Precisamente, el presbítero Andrés Martínez de Portichuelo, entonces capellán de este centro, fue el patrocinador del convento, donando para él casas y otros bienes en 1590 y 1598.

Su iglesia, bajo el auspicio del doctor Andrés de Espejo, empezó a construirse en 1630, año en el que se contrata la piedra de sillería con el santero egabrense Cristóbal del Castillo y los mármoles con el lucentino Juan Ruiz. En 1645 se cubría la Capilla Mayor, lo cual indica que las obras estaban terminadas o a punto de ello. El templo consta de tres naves con cuatro tramos, produciéndose el contraste entre una amplia nave central y muy estrechas laterales, que más bien funcionan como pasillos marginales.

La imagen de Santa Ana y la Virgen Niña

La imagen de Santa Ana y la Virgen Niña se trata de una talla policromada de 185 centímetros, aproximadamente, que se encuentra en el retablo mayor de este templo. Está representada, con evidente naturalismo, como una anciana, cubierta la cabeza con la toca y el manto, este de tono claro, que tras descender por la espalda, le rodea y ciñe el cuerpo de cintura para abajo.




Con la mirada dirigida a lo alto, su ademán es de presentar a la Virgen Niña, de dulcísimo rostro infantil. Santa Ana lleva corona abierta y la Virgen añade a la suya un resplandor. Ambas son de plata en su color.

Los artistas Manuel Espejo Mármol y Miguel Ángel Sánchez Jiménez han sido los encargados de intervenir en la imagen de Santa Ana y la Virgen Niña del convento homónimo con motivo de la exposición dedicada a Pedro Roldán.

La imagen fue ejecutada entre 1653 y 1654.  Hay que destacar la rica policromía de las imágenes, especialmente los paños a base de minuciosos estofados (a pesar de ser una imagen realizada para un retablo y cuyos detalles pasarían desapercibidos a ojos del espectador).

La labor de dorado y policromía corrió a cargo del pintor Francisco de Fonseca, quien haría lo propio con el resto de piezas del retablo de la iglesia de las concepcionistas. El proceso de conservación y restauración de las piezas se ha centrado en la fijación de los estratos y la limpieza minuciosa de las policromías, retirándose repintes así como depósitos de polvo y cera adheridos a lo largo de los siglos.


Finalmente, se reintegraron únicamente las pérdidas volumétricas y de color necesarias para la correcta lectura de las esculturas, siguiendo criterios de mínima intervención y máximo respeto por la obra original.

Montilla también participó en dicha exposición con la imagen de San Juan Evangelista del Convento de Santa Clara de Montilla y con los bustos-relicario de Santa Apolonia y una de las once mil vírgenes mártires que se encuentran en la Capilla de Nuestro Padre de Familias.

Los dos bustos salieron por primera vez de la clausura y también han sido restaurados por Manuel Espejo y Miguel Ángel Sánchez. Fueron realizados entre 1664 y 1665 y las policromías también fueron realizadas por Fonseca.


El retablo mayor

El retablo mayor de la Iglesia Conventual de Santa Ana de Montilla fue costeado por el doctor Andrés de Espejo. El día 27 de junio de 1652 se contrataba en Sevilla con Blas de Escobar la arquitectura de este retablo, en tanto que el conjunto escultórico se concertaba con el mismísimo Pedro Roldán. Está elaborado con maderas de cedro y borne y se concluyó en 1654, siendo dorado y estofado por Francisco de Fonseca.

La imagen de la Inmaculada Concepción, Patrona de España

La imagen de la Inmaculada Concepción de María, obra del ilustre imaginero sevillano Pedro Roldán (1624-1699), la primera documentada y conservada del mismo, se encuentra en el retablo mayor de la Iglesia del Convento de Santa Ana de nuestra ciudad, realizado, igualmente al completo, entre 1653 y 1654, por este insigne escultor sevillano del Siglo de Oro.

De este modo, Pedro Roldán cuenta con una mayor nómina de imágenes dentro de las hermandades hispalenses, aunque sus obras no solo se circunscriben al ámbito cofradiero, trascendiendo incluso las fronteras de Sevilla, como podemos comprobar en este caso, existiendo muchas de ellas en Cádiz, Huelva, Málaga, Jaén o Córdoba. Se trata de una talla dorada y policromada, de 261 centímetros de altura, siendo la joya de la corona del conjunto escultórico de todo el retablo mayor.


BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA

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