El pasado viernes, día 12 de septiembre, la Iglesia celebraba "la festividad litúrgica del Dulce Nombre de María, una conmemoración instituida por el Papa Inocencio XI en el año 1683 como acción de gracias por la intercesión de la Virgen en la victoria de Viena frente al asedio otomano. Esta memoria nos invita a contemplar la dulzura y cercanía del nombre de María, fuente de consuelo y esperanza para los cristianos, y a invocar con confianza a la Madre de Dios en nuestra vida diaria.
Con motivo de esta celebración, la Archicofradía de la Santa Vera Cruz de Córdoba conmemora a su sagrada titular, María Santísima del Dulce Nombre en sus Dolores Gloriosos. Este año, la jornada reviste un carácter especial, pues la venerada imagen" regresó "en dicha fecha tras su proceso de restauración", siendo el pasado 20 de junio cuando la Santísima Virgen fue "retirada del culto para ser sometida a una actuación de conservación".
Durante todo el día del pasado viernes, la bendita imagen de la Madre de Dios se encontró "expuesta en veneración extraordinaria de los fieles a los pies del Altar Mayor", en su sede canónica, la Parroquia de San José y Espíritu Santo, "tras la finalización de los trabajos de conservación realizados por don Antonio J. Dubé Herdugo, permitiendo así que los fieles y devotos" pudiéramos acercarnos "a Ella, ofreciéndonos un momento único de oración, contemplación, recogimiento, devoción y gratitud en su festividad" en un día en el que igualmente la citada corporación iniciaba, en acción de gracias por su esperado regreso, el solemne triduo en honor y gloria a la Santa Cruz.
Recordamos que María Santísima del Dulce Nombre en sus Dolores Gloriosos es obra del imaginero sevillano Antonio Dubé de Luque. "En el contrato firmado en octubre de 1983, se impusieron dos únicas condiciones: una, que tuviese los ojos azules, y otra, que representase a una joven de 15 o 16 años, con una dulcísima y serena expresión de dolor.
Está tallada en madera de cedro y es de candelero. Se bendijo el 1 de abril de 1984 en el Convento del Buen Pastor. Celebró y bendijo Fray Ricardo de Córdoba. Los padrinos fueron la Congregación de Madres Filipenses y la Parroquia de San Juan y Todos los Santos (Trinidad)", destaca en su página web la Piadosa Hermandad Sacramental del Buen Pastor y de la Inmaculada Concepción y Muy Antigua, Siempre Ilustre y Venerable, Pontificia, Real, Fervorosa, Humilde y Seráfica Archicofradía de la Santa Vera-Cruz, Nuestro Señor de los Reyes, María Santísima del Dulce Nombre en sus Dolores Gloriosos y Divina Pastora de las Almas.
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